viernes, 27 de septiembre de 2019

¿Realmente estamos “Contigo Perú”?

Publicado en:
El Clarín (Cajamarca Perú)
TRUJILLOPRENSAPERU (Trujillo Perú)
Correo del Sur (Sucre Bolivia)
La composición de Augusto Polo Campos “Contigo Perú”, que interpreta Arturo Zambo Cavero, es emblema de nuestra música y no hay connacional que se resista a tararearla, cuando de mostrar su país de origen o, entre otras motivaciones, triunfos en el mundo se trata. Me incluyo. No obstante, como ocurre con todo lo importante que suma y hace a la construcción de nuestro país, estamos muy lejos de lo que su letra proyecta y nos exige hagamos.
Además de la unidad de regiones (costa, sierra y selva) a la que nos convoca, reconoce el compromiso que debemos tener con nuestro país cuando proclama “Pues todos estamos contigo, Perú”. “Somos tus hijos y nos uniremos” “Y así triunfaremos contigo, Perú”. Añade un ofrecimiento que estremece el alma cuando nos lleva, siguiendo su letra, a decir “Te daré la vida” “Y cuando yo muera” “Me uniré en la tierra Contigo, Perú”. También nos insta a darle grandeza a nuestra patria cuando nos pide “¡A triunfar, peruanos!” “Que somos hermanos” “Que se haga victoria” “Nuestra gran gratitud”.
Una hermosa composición y apasionada interpretación, poética, conmovedora, con gran arraigo social, pero irreal; porque hasta ahora no han dejado de ser sus elementos meras aspiraciones. No porque esté desenfocado y descontextualizado el gran Augusto Polo Campos, sino porque no hemos sido capaces de responder al reto que nos planteó. Paradójicamente, para la mayoría de peruanos, por una y mil razones, en el país todo está bien. Lo demuestran en sus acciones, pero más en sus omisiones; porque la corrupción, la impunidad, pero sobre todo la indiferencia (de esa mayoría) están destruyendo nuestro grandioso Perú.
El amor por un pueblo o país no se discute ni se pregona, se demuestra con proactividad (acciones y resultados verificables). Lo lírico y aquellos mensajes huecos y sin sentido de pertenencia social, que idiotizan, solo empantanan e impiden el despertar, el caminar y el progreso. El amor por un país, que es uno de los sentimientos más sublimes y que con naturalidad se va construyendo en la vida de los seres humanos, se expresa a través una vida productiva basada en normas, principios, valores y prácticas, que condensan y resaltan aquellas mejores cualidades de las personas. 
En la moralización de cualquier país y el sepelio de su corrupción y sus otros males, todas las personas honestas pueden y deben participar.
En esta perspectiva, además de algunos aspectos de orden material, histórico, religioso o económico, caracteriza fundamentalmente a un país, la calidad, perseverancia y coherencia de su gente. Importa si son respetuosos y tolerantes de la diversidad, puntuales, ordenados, con cultura del trabajo y del servicio, solidarios y, entre otros aspectos, conocedores y promotores de sus raíces y culturas, cumplidores de su marco normativo y si han desarrollado una visión propia del contexto y suman a la realización de la hoja de ruta de su país. 
Concluido el campeonato mundial de fútbol 2018, fuimos reconocidos por la FIFA como “la mejor hinchada del mundo”. Este mismo año también fuimos reconocidos como “mejor destino culinario en el mundo” al recibir por séptimo año consecutivo este galardón en la 25° edición de los Wold Travel Awards, considerados los “Oscar del Turismo”. Tenemos una de las “siete maravillas del mundo”. Somos un país con 47 lenguas indígenas vivas y 80 microclimas en las diferentes regiones. Creamos el pisco y contamos con el mejor tenor de este siglo. También poseemos la universidad más antigua de América y hace unos días clausuramos los “mejores juegos panamericanos de todos los tiempos”, en los que rompimos récord en medallas de oro en nuestra historia deportiva.  
Tenemos de todo y hemos limpiamente ganado un sitial único en el orbe. No obstante, no somos coherentes, no somos sinceros, no somos perseverantes, estamos marcados por la cultura de la mediocridad y la derrota, somos egoístas y conformistas, porque no hacemos lo que ofrecemos y decimos. “Contigo Perú”, pese a ser una canción idolatrada y vitoreada, demuestra estas afirmaciones.
Todos y todas saben que nuestro país está siendo saqueado por la peor calaña de seres humanos que se resisten a irse y se muestran indiferentes. Ya nadie ignora que nuestro Estado, en gran parte de su estructura estratégica, está en manos de esos criminales y la mayoría se conforma y calla. Por eso, con tremendo dolor y tristeza, les digo que resulta inconcebible que estén permitiendo, una vez más, que la corrupción y la impunidad sigan gobernando y destruyendo a ese Perú que a gritos dicen amar.
Estamos muy lejos de merecer un país como el Perú, porque lo que se ama –compulsiva y persistentemente– no se traiciona

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