jueves, 18 de octubre de 2018

¡No más corruptos gobernándonos!

Publicado en:
El Clarín (Cajamarca Perú)

Las elecciones municipales y regionales en nuestros países constituyen una oportunidad para mejorar como sociedad, avanzar y consolidar los procesos de descentralización y, entre otros beneficios, fortalecer nuestras precarias e insuficientes democracias que hoy, como nunca, sufren los azotes del cáncer de la corrupción.

En esa perspectiva, aportar al debate, implica caracterizar el proceso en curso en su relación de contexto, pero no desde la mirada de la Lima centralista, sino desde la realidad del resto de regiones, sus provincias y distritos.

En principio decir que el Sistema Nacional Especializado en Delitos de Corrupción de Funcionarios del Poder Judicial, creado por el D. Leg. N° 1307 y definido en su estructura por D. Leg. N° 1342, creado para conocer casos de colusión, peculado, malversación, las distintas modalidades de cohecho, tráfico de influencias, enriquecimiento ilícito, entre otros delitos previstos en el Código Penal, con más de un año de vida institucional, no está resultado ni efectivo ni eficaz para muchos casos “menudos” de corrupción. Si bien es cierto este sistema tiene un marco jurídico sustantivo y adjetivo que cumplir, se aprecia que a sus operadores (jueces y fiscales) les falta compromiso y decisión de castigar a corruptos con un largo prontuariado que, en regiones como Cajamarca Lambayeque y otros viven y se siguen enriqueciendo de la política. ¿Será que también fueron penetrado por la corrupción?. Otro dato de la realidad es que son cientos de candidatos a las alcaldías y gobiernos regionales, de todo el país, los investigados por delitos de corrupción y que cuentan con antecedentes policiales y penales por más de un delito. Los hay por robo agravado, tráfico de drogas, lavado de activos, peculado, asociación ilícita para delinquir, contra la voluntad popular (compra de votos), entre otros. Aun así, siguen en carrera al sillón municipal o regional, incluso estando prófugos de la justicia o con prisión preventiva. ¿Esto es señal de que el sistema jurídico juega en pared con la corrupción?, ¿Es un asunto de de leyes o personas?.

Por otro lado se aprecia poca participación femenina en el actual proceso electoral lo que impactará en el debilitamiento de la lucha contra la violencia, el enfoque de género, la igualdad de oportunidades, entre otros temas. En Cajamarca de 8 candidaturas al Gobierno Regional sólo una es mujer, en Lambayeque 12 son varones y 2 mujeres y en San Martín los 10 candidatos son varones. Los partidos tradicionales como el APRA, PPC y Acción Popular mantienen su tradicionalismo masculino, presentando una sola candidata. Sólo el 9% de los postulantes inscritos al Jurado Nacional de Elecciones son mujeres. Frente a esta realidad queda superar las dificultades que ofrecen los procesos internos de los partidos agrupaciones y movimientos políticos, los prejuicios machistas, el acoso político y otras formas de discriminación. La apuesta debe ser afianzar las acciones que afirmen un verdadero empoderamiento político de la mujer.

Otra variable por reflexionar tiene que ver con los planes de gobierno. Pocos los leen y otros no los conocen, en la medida que no son difundidos con eficacia. La simpatía del electorado se basa más en el discurso, que es prevendal, que en lo sustantivo de los planes de trabajo; lo que impacta en un voto desinformado del electorado. Estas situaciones generan desinterés y se traducen en falta de control de la población a la gestión. Son formas de hacer política, que por lo general tampoco tienen ideología y visión de pueblo querido, muy acentuadas en nuestros distritos y provincias que nos han llevado a un círculo vicioso de “compra” de votos y un clientelaje político que instrumentaliza nuestras instituciones de gobierno local. Un factor que suma a esta desgracia es la falta de civismo, para decirlo de algún modo, de los cientos de electores que prestan un abierto respaldo a los corruptos, bajo el trillado argumento de “roba pero hace obras”. Estas formas debemos abandonarlas y un paso ineludible para lograrlo implica renovar los partidos políticos desarrollándolos y posicionándolos a nivel nacional y, entre otras formas, que los gobiernos locales sean capaces de promover confianza de la ciudadanía, a través de la cobertura de servicios de calidad en los que la transparencia, la rendición de cuentas y la participación social sean reales y no nominales. 


Ayuda conocer lo que está ocurriendo en nuestro Perú profundo, y podemos seguir describiendo otros factores que están envileciendo a la política, pero como nuestra apuesta es construir un mundo mejor, los convoco a iniciar una cruzada nacional que nos ayude a recuperar el futuro de nuestros pueblos. La fórmula es clara: la corrupción no puede existir sola, necesita que haya pobreza, ignorancia y una deficiente educación. Enfrentemos estos males, todos juntos, no hay más tiempo. Respetémonos a nosotros mismos, a nuestros descendientes y a los descendientes de ellos; los que no merecen recibir un mundo en putrefacción material y moral.

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