martes, 28 de mayo de 2019

La esencia de un sanmarquino

Publicado en:
El Clarín (Cajamarca Perú)
La Mula (Lima Perú)

La cuatricentenaria Universidad Nacional Mayor de San Marcos (1551), la “Universidad de Perú y Decana de América” es un emblema de nuestra formación histórica. Desde sus aulas y desde fuera de ellas -a través de sus notables egresados- se gestó y configuró la República que hoy tenemos.

También fue actor clave y relevante de cada hito de nuestra historia. Ilustró a varios de los principales líderes gestores de nuestra independencia y, hasta los 80 y años más, formó a la mayoría de personajes que aportaron al Perú y al mundo sus conocimientos y análisis desde diversas disciplinas. La fecundidad es amplia, abarca las ciencias jurídicas, políticas, económicas, sociales, literiarias, etc..

San Marcos fue y es “tradición”, “prestigio”, “calidad”, “selectividad”, pero también espíritu contestatario. Me tocó vivirlo, en los 80, desde sociología en la Facultad de Ciencias Sociales y desde Derecho y Ciencia Políticas; y pese a los acechos del terrorismo senderista lo disfruté en lo que tiene de espíritu universitario y vocación universal de conocimiento. No obstante, algo pasó, algo falló, porque -ahora- como en algunas universidades de la Región, no suma. Siento que mi San Marcos, se ha vuelto indiferente y que ha perdido fuerza de interpelación frente al abuso y la arbitrariedad y otros problemas nacionales.

Radiografías de esta triste y cuestionable realidad, existen varias. En el siglo pasado, hubiese sido impensable que mafias corruptas y corruptoras como la “fujimontesinista” o “alanista”, operen impunemente controlando a sectores clave del Poder Judicial, Ministerio Público, Congreso y otras instituciones contraloras de la acción del Estado y que los sanmarquinos no les salgan al frente en las calles. Lo constaté -personalmente- durante las movilizaciones sociales de diciembre de 2018 y enero de 2019 en Lima que demandaban la salida del entonces Fiscal de la Nación Pedro Chávarry. A lo mejor porque era vacaciones. También lo percibo y con doble pesar, cada día, en la interacción con “amigos” de distintas carreras, por medio de redes sociales, a los que percibo sólo les queda reflejos para organizar festejos y una que otra ayuda solidaria; pues poco o nada opinan de, entre otros temas, la corrupción y el declive institucional que cada vez nos acerca más a una caricatura de democracia.

Soy consciente de que mi mirada de la realidad, de la relación de los sanmarquinos y nuestro Perú, los alejará de mi aún más, y asumo -estoicamente- los costos, porque para un sanmarquino nuestro país y la familia son prioridad, luego lo demás. Caminan en paralelo estos supremos intereses, no divorciados. Nos formamos a partir del conocimiento y la comprensión de lo que significa ser peruano y muchos dejamos las aulas amando la diversidad y multiculturalidad de nuestro Perú; pero no en la retórica sino en los actos, en acciones concretas.

Un verdadero sanmarquino es digno, no calla y sólo le teme a la ira de sus dioses. Un genuino sanmarquino observa, lee y ha aprendido a escuchar y además tiene voz y opinión propia; jamás es caja de resonancia de políticos y empresarios mediocres y con espíritu fenicio. Un auténtico sanmarquino se actualiza permanentemente, tiene cultura del trabajo, vocación de servicio y evita hacerse una carga burocrática. Un sanmarquino con esencia es respetuoso de las reglas de juego justas, jamás acepta forma alguna de abuso de poder y busca ser referente en valores y principios que hacen a una vida en democracia. Un sanmarquino tiene visión de país y es humilde porque es reflejo de todas las sangres de costa sierra y selva; y -algo medular en la vida- jamás censura ni limita la libre expresión, pues siempre está preparado para el debate autocrítico y constructivo.

Así como nunca es tarde para volver a empezar, nunca lo es para regresar a una vida digna, una vida consagrada a nuestra familia y al Perú; aquel que decimos amar.

¡Feliz aniversario 468 amada San Marcos! Te abrazo con fervor y agradecimiento desde el Sur.

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